El rey Lear
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Shakespeare, palabras mayores.
No pretendo ser original, ni en
esta elección ni en mis comentarios, pues se han escrito ríos de tinta sobre
esta obra y este autor.
Ya adelanté que el bardo es un
referente literario para mí. Solo lamento, y mucho, no poder leerlo en su
propio idioma. No obstante, al margen de la inevitable pérdida de matices, es éste
un escritor que bien podría haber sido japonés o ruso, pues en sus obras se
muestra universal, o al menos yo no le veo el plumero nacionalista.
¿Y por qué El rey Lear y no otra de sus obras de teatro o poesía?. Bueno, a
veces no es fácil escoger, pero en general me gusta más la prosa que la poesía
(aunque en este caso se complementan) y prefiero, también en general, el drama
y la tragedia a la comedia o a la novela romántica, por ejemplo. Una vez
seleccionadas las tragedias dentro de sus muchas obras, a mí personalmente me
gusta El rey Lear por encima de Macbeth o de Otelo, o de la mismísima Romeo
y Julieta.
El argumento en sí es bastante
simplón, pero le da suficiente pie a Shakespeare para lucir su asombrosa
destreza, yo diría casi inhumana, en la mezcla de palabras.
Es una obra, de nuevo, sobre la
miserias y las grandezas de la naturaleza humana. Sobre las decepciones, la
ingratitud, la traición, la pérdida, el dolor, la maldad, pero también sobre el
amor, la lealtad, el destino...
El sublime bardo nos cuenta, en
formato teatral (aunque, pese a todos los intentos de representación, tanto en
teatro como en cine, mi opinión es que a Shakespeare es mejor "leerlo que
verlo") dos historias que van de la mano durante toda la obra, con muchas
similitudes pero también con sus diferencias. Dos historias sobre seres
desdichados a causa de sus propios errores y que sin embargo, a mi juicio,
destilan grandeza aunque sea de manera indirecta.
"El tiempo desenmascarará lo
que la astucia oculta; la vergüenza al fin burla a quien faltas encubre."
Es una tragedia, y como tal no
tiene un final feliz, pero tampoco la maldad se convierte en triunfadora, así
que las interpretaciones moralistas quedan para debate.
Buenos días desde Arcoíris.
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