martes, 12 de abril de 2016

Las llagas de Eurídice



Muéstrame tus heridas, esas que te hacen sufrir tanto que cuando se entreabren el cielo se tiñe de rojo.

Regálame tus secretos, esos que habitan tan profundo en ti que parecen ya condenados a perecer contigo.

Ábreme tu corazón, ese sobre el que levantaste un muro tan alto que lo ha convertido en algo inalcanzable.

No permitas que el fuego del que en otro tiempo te nutrias consuma ahora tus anhelos y derrita tus esperanzas.

Déjame ser el guardián de tus sueños, el paladín de tus ilusiones, el depositario de tus pensamientos.

Al franquear tus puertas, seré ya el feliz esclavo de tu destino. Nada más necesito, nada más me importa.


Buenas noches desde Arcoíris

No hay comentarios:

Publicar un comentario