viernes, 13 de agosto de 2010

El periplo odiseico de Perseo (III)


Perseo recibió ayuda de los dioses.

Atenea, que había sido la responsable de convertir a la bella Medusa en una horrible gorgona, le proporcionó un pulido y brillante escudo. Hermes le prestó una afilada hoz.

Más tarde consiguió, engañando a las grayas y amenazando a las náyades, el casco de Hades, que le hacía invisible, un zurrón mágico y unas sandalias aladas.

Advertido sobre la capacidad de Medusa para convertir en piedra a cualquiera que la mirase, y seguro de identificarla gracias a las indicaciones de Atenea, Perseo partió en busca de la única mortal entre las gorgonas.

Sus sandalias aladas lo llevaron a los confines del mundo.


Buenas tardes desde Arcoiris.

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