jueves, 19 de agosto de 2010

Constelaciones y asterismos perseicos


El cielo hoy en día lo dividimos en 88 partes. Ni una más, ni una menos.

Estas partes, como países en un continente, tienen fronteras perfectamente delimitadas, de manera que cualquier astro necesariamente tiene su "nacionalidad", o bien su "residencia", en alguno de esos "paises", según permanezca en su hogar o sea un viajero incansable.

Son las constelaciones, si bien ese nombre se da también a la agrupación "oficial" de estrellas en esas zonas, unidas con líneas imaginarias. Digo oficial, porque muchas de las agrupaciones con nombre propio no son constelaciones completas (aceptadas).
Cuando esto ocurre se les llama asterismos.

La artificialidad en estas agrupaciones determina que, a lo largo de la historia, en el cielo hayamos visto representadas figuras y objetos de todo tipo, de acuerdo a la cultura imperante en cada momento. Incluso iguales asterismos han recibido nombres distintos.

Esa zonalidad, además, es también un espejismo, pues al simplificar la representación del cielo a dos dimensiones (plano dividido en 88 partes), estrellas y objetos estelares pertenecientes a una misma constelación no son, en general, ni mucho menos vecinos, espacialmente hablando.

Las primeras clasificaciones serias se deben a los griegos, que ensamblaron tradiciones más antiguas como la mesopotámica, la minoica o la egipcia, y es por ello que muchas de las constelaciones del hemisferio norte tienen que ver con sus mitos y su cultura.


Un buen ejemplo de ello son las constelaciones o asterismos que tienen que ver con las aventuras y desventuras de nuestro amigo Perseo.

Así, en el firmamento están representados, con cierta proximidad (sin perder de vista lo que significa proximidad en este contexto), el propio Perseo, su amada Andrómeda (que, además de a un asterismo, da nombre a una galaxia entera), sus suegros Casiopea y Cefeo, el caballo alado Pegaso y, algo más alejado, el malogrado monstruo marino Cetus (Ballena).


Esa parte del cielo es sinónimo de aventura y grandeza.
Sin olvidar nunca a Orion, mi constelación favorita (cuestión esta en la que no soy especialmente original), esta zona se lleva la mayor parte de mis miradas a la cúpula celeste.


Buenos días desde Arcoiris.

miércoles, 18 de agosto de 2010

El periplo odiseico de perseo (X)


Acrisio, temeroso de la venganza de su nieto, desapareció de escena, así que Perseo no pudo siquiera perdonarlo.

Sin embargo, el destino, augurado tiempo ha por el inefable oráculo, iba a cumplirse igualmente.

En el transcurso de unos juegos a los que Perseo fue invitado, éste participó en la prueba de lanzamiento de disco.

Su lanzamiento, no podía ser de otra forma tratándose de un protegido de los dioses, superó en mucho al de sus contrincantes.

Tanto fue así, que el estadio se quedó pequeño y el disco fue a parar al público. Entre los asistentes se encontraba, de incógnito, su abuelo.

Con ayuda del olimpo, o sin ella, el disco encontró su blanco.

Perseo lamentó el cumplimiento del vaticinio. Se convirtió en rey de Argos pero, no contento con lo sucedido y sintiéndose culpable y avergonzado, decidió intercambiar reino con su primo, el rey de Tirintos.

Se le considera el fundador de Micenas.

A su muerte, los dioses le hicieron hueco en el firmamento, junto a su amada y a otros protagonistas de esta epopeya. Ese será el tema para la última entrada sobre Perseo.


Buenas tardes desde Arcoiris.

martes, 17 de agosto de 2010

El periplo odiseico de Perseo (IX)


Dánae y Dictis, el padre adoptivo de Perseo y hermano del tirano rey de la isla, se habían refugiado en el templo de Atenea, fuera del alcance de Polidectes.

Perseo irrumpió en el palacio de Polidectes, haciendo gala del cumplimiento de su promesa. Nadie le creyó, así que las risas y las burlas se multiplicaron.

Enfurecido ante tales descreídos, y con la habilidad que sólo da la práctica, Perseo sacó la fatídica cabeza del zurrón mágico, apartando adecuadamente su mirada.

Polidectes y su séquito reirían ya por toda la eternidad.

Con ese desenlace, y después de conocer por boca de su madre cuales eran sus orígenes, Perseo dejó a Dictis y Dánae como gobernantes de Sérifos y se encaminó a Argos a la búsqueda de su abuelo.

Sus intenciones eran reconciliadoras, así que antes de partir devolvió a los dioses los útiles que tanto servicio le habían prestado.

La cabeza de Medusa se la ofreció a su protectora Atenea, que la incorporó a su escudo, convirtiéndolo en un arma terrible.


Buenas tardes desde Arcoiris.

lunes, 16 de agosto de 2010

El periplo odiseico de Perseo (VIII)


La boda no fue un feliz acontecimiento.

Fineo, tío y prometido de Andrómeda, no estaba muy de acuerdo con el pacto hecho con el salvador de su prometida, así que opuso resistencia sangrienta.

Perseo, una vez más, y no sería la última, usó los poderes de la cabeza de Medusa y acabó con toda oposición llenando las estancias de bonitas estatuas. Poco honorable, pero muy efectivo. Tal vez usó un poco la espada.

Tras el acontecimiento, y junto a su ya desposada Andrómeda, regresó a la isla de Sérifos.


Buenas tardes desde Arcoiris.

domingo, 15 de agosto de 2010

El periplo odiseico de Perseo (VII)


Enamorado casi al instante, Perseo prometió salvar a Andrómeda y liberar a su pueblo del azote de Cetus, si le dejaban casarse con ella. Cefeo y Casiopea aceptaron.

De nuevo la cabeza de Medusa sirvió a los propósitos de su cortador y Cetus acabó hundiéndose en el mar.

Casiopea fue, no obstante, castigada en última instancia por los dioses y colocada en el firmamento de manera que, a medianoche, cuelga invertida en el cielo sujetándose como puede a su trono.

Desde entonces paga con vergüenza y humillación su provocadora vanidad.


Buenas tardes desde Arcoiris.

El periplo odiseico de Perseo (VI)

Al llegar a la costa, Perseo vio a una bella mujer encadenada en los acantilados.

Se trataba de Andrómeda, hija de los reyes de Etiopía, Cefeo y Casiopea.

Casiopea era muy vanidosa y alardeaba, con el apoyo de su marido, de ser más hermosa que las ninfas del mar, las nereidas.

Éstas, enfadadas por la afrenta, acudieron a su señor Poseidón, que ya estaba indignado con los reyes etíopes.

Como castigo, decidió enviar a Cetus, la ballena, a destruir su reino.

Cefeo había entonces consultado al oráculo y éste le dijo que la única forma de calmar la ira de Cetus y Poseidón era ofrecer en sacrificio a su hija Andromeda.


Buenos días, o buenas noches, desde Arcoiris.

sábado, 14 de agosto de 2010

El periplo odiseico de Perseo (V)


Mientras regresaba absorto en sus pensamientos, no se percató de que del zurrón caían gotas de sangre que, al llegar al suelo del desierto que sobrevolaba, se convertían en serpientes venenosas como las que tenía Medusa por cabellos.

Después, Perseo se encontró con el gigante Atlas, castigado por Zeus a soportar eternamente el peso de la cúpula celeste.

Apiadándose de su desdicha, mostró al coloso la cabeza de Medusa, convirtiéndolo en la montaña de piedra que, desde entonces, llevan su nombre.


Buenas tardes desde Arcoiris.

El periplo odiseico de Perseo (IV)


Allí encontró durmiendo a las tres gorgonas.

Aunque Perseo llevaba el casco que le confería invisibilidad, Medusa, gracias a su olfato, se despertó al detectar su presencia.

Cuidando de no mirarla directamente, haciéndolo sólo a través de los reflejos en su pulido escudo, fue capaz de cortarle la cabeza con la ayuda de la hoz que le había dado Hermes. De la sangre vertida nacieron Pegaso, el caballo alado, y Crisaor, el gigante de la espada de oro.

Perseo metió la cabeza cortada en el zurrón y escapó volando con sus sandalias, mientras las hermanas inmortales de Medusa lo buscaban sin éxito gracias a su invisibilidad.

Triunfante en su propósito, emprendió el camino de vuelta.

Su aventura aún no había terminado...


Buenos días desde Arcoiris.

viernes, 13 de agosto de 2010

El periplo odiseico de Perseo (III)


Perseo recibió ayuda de los dioses.

Atenea, que había sido la responsable de convertir a la bella Medusa en una horrible gorgona, le proporcionó un pulido y brillante escudo. Hermes le prestó una afilada hoz.

Más tarde consiguió, engañando a las grayas y amenazando a las náyades, el casco de Hades, que le hacía invisible, un zurrón mágico y unas sandalias aladas.

Advertido sobre la capacidad de Medusa para convertir en piedra a cualquiera que la mirase, y seguro de identificarla gracias a las indicaciones de Atenea, Perseo partió en busca de la única mortal entre las gorgonas.

Sus sandalias aladas lo llevaron a los confines del mundo.


Buenas tardes desde Arcoiris.

El periplo odiseico de Perseo (II)


Tal vez con la ayuda de Zeus, el viento y las mareas los llevó a una isla, la isla de Sérifos, donde los recogió y acogió un pescador que era hermano del tirano que gobernaba el lugar, Polidectes.

Allí el niño se convirtió en jovencito y descubrió que el mundo era algo más que un espacio entre cuatro paredes.

Polidectes quedó prendado de la belleza de Dánae y, pensando que su hijo sería un estorbo para sus planes, urdió una estratagema para librarse de él. Perseo se vio embarcado en una empresa imposible: tenía que traer la cabeza de la gorgona Medusa.


Buenos días desde Arcoiris.

jueves, 12 de agosto de 2010

El periplo odiseico de Perseo (I)

Merecedor como el mismísimo Odiseo (el Ulises de los romanos) de un poema épico que en su caso nunca fue compuesto, Perseo será el protagonista de algunas entradas de este blog (os recuerdo que es precisamente esta noche, a altas horas, cuando mejor y en mayor número pueden verse las perseidas).
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Perseo, hijo de la mortal Dánae y de Zeus, se crió en cautividad junto a su madre. Su propio abuelo había encerrado a su madre porque el oráculo había vaticinado su muerte a manos de su nieto aún no nacido.

Zeus, que ya sabemos como se las gastaba, entró en su prisión y la poseyó convertido en lluvia de oro.

El rey de Argos, su abuelo Acrisio, temeroso de la predicción, y una vez enterado de la existencia de Perseo, hizo que metieran a Dánae y a su hijo en un arcón y los arrojaran al mar.

No se ahogaron.


Buenas tardes desde Arcoiris.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tiempo


Mientras dormía, el mundo desapareció y, al despertar, sentí que me habían robado.
Sólo el paso del tiempo me hizo conocedor del carácter de mi pérdida.
Fue cuando descubrí que éste se había reducido.


Hojas que se lleva el viento, pasajes hacia el olvido.
Más allá de lo que vemos, más allá de lo que sentimos, el tiempo se ríe de nosotros.

Buenas tardes desde Arcoiris.

lunes, 9 de agosto de 2010

Diarios de gente perdida (III)


Diario de un alcohólico:

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Un día más.
La vida es un vaso lleno de licor.
Pero no es un licor cualquiera: lo destila el tiempo y sus efectos son diferentes, uno a uno, para todas las personas.
Yo bebo no para olvidar, sino para cambiar mi hastío por una engañosa realidad que me hace feliz.
Simplemente sacrifico mi hígado en pos de la salvación de mi mente.
¿Acaso alguien puede criticarme sin perder su dignidad en el intento?.


Buenas noches desde Arcoiris.

sábado, 7 de agosto de 2010

Diarios de gente perdida (II)


Diario de un solitario:

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Cuando mi arrogancia hace un descanso en su labor desintegradora, llego a comprender, por un fugaz instante, que tal vez el resto de la raza humana tiene algo que aportarme.
Mi intelecto se estremece y mi corazón renueva sus ya olvidados movimientos.
Entonces miro al mundo con los transparentes ojos de la humildad y acepto mi particularidad dentro de la diversidad.
Cuando ese breve momento se esfuma, todo se hace más sencillo.


Buenas tardes desde Arcoiris.

viernes, 6 de agosto de 2010

Diarios de gente perdida (I)


Diario de un demente:

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Hoy mis manos han perdido el contacto con la realidad.
De pronto sentí como escapaban a mi control dimensional y mi sorpresa fue aún mayor al comprobar que se mantenía la comunicación sensorial.
Sentí el frío de la desesperación y el dolor de la soledad.
Acaricié la fina piel de la ambigüedad y me estremecí al rozar la rugosa tela de la eternidad.
Cuando mis manos volvieron, en ellas, y en mí, había algo distinto.
Nadie lo notó, pero mi mundo era un poco mas grande.


Buenas tardes desde Arcoiris.

lunes, 2 de agosto de 2010

Musa De Los Niños

Musa De Los Niños siempre andaba liada. La vida le superaba.
A veces sus ataduras le dolían, pero las amaba.
Buscaba algo, todos lo hacemos, pero no encontrarlo parecía más injusto en ella.

Eso no hacía feliz a Hacedor De Sueños.
Buscó, rebuscó, y volvió a buscar, entre los habitantes de Arcoiris. Y allí, donde los sueños dominan sobre la realidad, encontró a Elpis, la diosa de la esperanza que quedó olvidada en el fondo de la Caja de Pandora.
La idea era que se hicieran amigas; tan amigas como amigos eran Musa De Los Niños y Hacedor De Sueños.

El tiempo decidiría...

Buenas noches desde Arcoiris.

domingo, 1 de agosto de 2010

aNgosto


Agosto.

Como el mes que le antecede, debe su nombre a un emperador romano que, para no ser menos que su predecesor, decidió que no debía tener menos días. Desde entonces el mes rebautizado tiene 31 días.

Agosto.

Con él llegan las Perseidas, las lágrimas de San Lorenzo.
Estrellas fugaces, meteoros en realidad, que se dejarán ver en su plenitud el 12 de agosto, aunque ya son visibles desde mediados de julio.
Deben su nombre a la constelación Perseo, en dónde se sitúa su radiante.
Perseo, el matador de Medusa, el amante de Andrómeda, a quien dedicaré una o varias entradas de este blog.

Agosto.

Mes vacacional por excelencia.
Muchos se liberan del peso que les supone su trabajo, sus estudios, su monotonía.
Es un bonito autoengaño.


Buenas tardes desde Arcoiris.