miércoles, 6 de marzo de 2013

Desdén


Brillo en su mirada, elegancia en su andar.
Sencillez en su vestir, fuego en su cuerpo.
Corazones rotos en su camino, sueños hechos jirones.

Todo a su paso parecía revivir, para luego morir con premura...
Sin maldad, con total naturalidad, sembrando dicha que luego otros recogerían como dolor.

Nunca fue su intención, no había nada de lo que culparse, pero eso no le hacía sentirse mejor. Ni peor.

Aplomo en su proceder, displicencia en su lengua.
Candidez en sus ideas, pasión en sus actos.
Ilusiones perdidas a su paso, esperanzas destruidas.

Todo a su alrededor parecía renacer, para luego marchitarse con diligencia...
Sin animosidad, con estudiada elegancia, plantando ternura que luego otros recogerían como amargura.

Nunca fue su decisión, no había nada de lo que avergonzarse, pero eso no le hacía sentirse mejor. Ni peor.

Así era, así sería, hasta el final de sus días.


Buenas tardes desde Arcoíris.

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