sábado, 15 de diciembre de 2012

Mi etéreo achatado



Recuerda, mi gaseoso Saturno, que tus bellos anillos no son tan únicos como se pensaba y que tus pretensiones de divo se han diluido hasta desvanecerse.

Tu nombre procede de la mitología romana, del padre de Júpiter, de Neptuno, de Plutón, de Ceres, de Vesta; todos ellos también ligados a objetos del sistema solar.

Como Júpiter, estás hecho principalmente de materia propia de una estrella, pero eres tan sutil que se repite hasta la saciedad que flotarías en un océano de agua, si es que podemos imaginar uno con el tamaño suficiente para semejante prueba.

Esa liviandad, tu rotación extremadamente rápida (con un día que dura apenas algo más de 10 horas) y tu, en proporción, baja gravedad, determinan que tu forma sea la menos esférica entre los planetas: estás visiblemente aplastado por los polos.

Tus satélites se cuentan por muchas decenas, pero tienes uno con tamaño planetario: Titán. Es un nombre que le hace justicia y, aunque es el segundo en tamaño en todo el sistema solar (Ganimedes de Júpiter es algo más grande), es el único que parece disponer de una atmósfera.

Pues bien,

¡Que sepas que te espío!. No me obnubilas, hermoso anillado.


Buenas tardes desde Arcoíris.

No hay comentarios:

Publicar un comentario