miércoles, 6 de marzo de 2013

Desdén


Brillo en su mirada, elegancia en su andar.
Sencillez en su vestir, fuego en su cuerpo.
Corazones rotos en su camino, sueños hechos jirones.

Todo a su paso parecía revivir, para luego morir con premura...
Sin maldad, con total naturalidad, sembrando dicha que luego otros recogerían como dolor.

Nunca fue su intención, no había nada de lo que culparse, pero eso no le hacía sentirse mejor. Ni peor.

Aplomo en su proceder, displicencia en su lengua.
Candidez en sus ideas, pasión en sus actos.
Ilusiones perdidas a su paso, esperanzas destruidas.

Todo a su alrededor parecía renacer, para luego marchitarse con diligencia...
Sin animosidad, con estudiada elegancia, plantando ternura que luego otros recogerían como amargura.

Nunca fue su decisión, no había nada de lo que avergonzarse, pero eso no le hacía sentirse mejor. Ni peor.

Así era, así sería, hasta el final de sus días.


Buenas tardes desde Arcoíris.

sábado, 2 de marzo de 2013

Planetas solares



Cerraré la pequeña ronda planetaria sobre nuestro nada especial sistema solar con una imagen montada que resume conjuntamente algunos de los rasgos planetarios comentados en las entradas sobre este tema. (Para apreciar los detalles, pulsar sobre la imagen)

Fila superior: Sentido de giro e inclinación del eje de los planetas respecto del plano de sus órbitas (que, por cierto, no están muy inclinadas unas de otras). Debo hacer notar que al ser arriba y abajo dos direcciones absolutamente relativas en el espacio, el criterio seguido es el utilizado arbitrariamente en nuestro planeta. Así, aunque el planeta Venus esté más "recto" que el nuestro, se le asigna un ángulo cercano a los 180º debido a que su sentido de giro es contrario al nuestro (y al de todos los demás), lo que puede interpretarse también como que gira boca abajo.

Fila del centro: Tamaños relativos. La unidad utilizada es el volumen de la Tierra y la imagen muestra una escala adecuada para los tamaños planetarios.

Fila inferior: Distancias relativas al Sol. La unidad utilizada es la distancia de la Tierra al Sol (unidad astronómica). En este caso la escala no es muy afortunada, pero puede servirnos como orientación. No debemos caer en la tentación de calcular distancias entre planetas por diferencia de distancias al Sol, ni debemos perder de vista que las órbitas no son circulares ni tienen igual excentricidad. Las distancias figuradas son promedios, existiendo en algunos planetas diferencias más que apreciables entre su posición más cercana al sol (perihelio) y la más alejada (afelio).


Buenas noches desde Arcoíris.

viernes, 1 de marzo de 2013

Mi agredida impasible



Recuerda, mi empapada Tierra, que tu aparente quietud en el cielo es sólo una burda ilusión y que tus pretensiones geocéntricas se esfumaron con las del propio hombre.

Tu nombre deriva de la diosa romana que te personificaba (Terra) y que a su vez tiene su origen en la griega Gea, diosa primigenia.

Eres el único planeta con agua líquida en su superficie, hasta el punto de que si alguna civilización alienígena te pusiera nombre hoy en día, o nosotros mismos nos propusiéramos rebautizarte, tu nombre más apropiado sería planeta Agua.

No es lo único que te hace especial: también eres el más denso, y el único que presenta tectónica de placas. Pero, por encima de todas tus singularidades, eres el lugar donde vivimos aquellos que nos proclamamos, orgullosa y equivocadamente, "seres inteligentes". Quizás el único, dentro del sistema solar, que alberga vida. Una vida que, al contrario de lo que muchos piensan, mora en ti casi desde tu nacimiento.

Es una conveniente combinación de distancia al sol, composición, tamaño y densidad, entre otras, la que te hace idóneo para la vida (al menos para la que conocemos y definimos). Nada que deba parecernos una increíble casualidad, ni fruto de designio alguno, si aceptamos el principio antrópico débil por el cual si las cosas no fueran precisamente así, yo no estaría escribiendo en este blog, ni tú leyéndome. Quizás es exactamente lo que ocurre en infinitos universos paralelos, tan "casuales" como el nuestro.

A cambio de ese honor que nos concedes, nosotros te condenamos, dulce Gaia, a muerte. Irremediable, paulatina e inconscientemente; con estúpida seguridad, hipocresía y egoísmo. Pero no es nada personal, es sólo que nos gusta demostrarnos lo inteligentes que somos, pero ocultamos lo pancista y despreocupado de nuestro proceder. Aún a costa, más que probablemente, de nuestra propia destrucción. 

El quid de la cuestión es que esa "nuestra" no es realmente la nuestra, sino la de la especie. El individuo se oculta entre el grupo, camuflado en su efímera existencia y despreocupado de un futuro que, en realidad, nunca será el suyo.

Dispones de un satélite, La Luna, que es el más grande, con diferencia, en relación al planeta que orbita. Las consecuencias de este hecho diferencial son de nuevo enormes: las mareas, la estabilización del eje terrestre, la lenta reducción de la velocidad de rotación de la Tierra, etc... Incluso se ha postulado su relevancia en el origen de la vida.

Curiosamente, tu día dura un día y tu año un año. Toda una declaración de intenciones.

Pues bien,

¡Que sepas que te quiero!. No me acongojas, húmedo orbe.


Buenas tardes desde Arcoíris.