No, no es un juego de mesa.
Es la única palabra, inexistente
desde luego, que se me antoja semánticamente correcta para definir lo que
somos.
"Lo que se es" es una
mezcla de lo que se piensa, lo que se dice, lo que se hace y también, lamentablemente,
de lo que se parece. Y ello es así porque todas estas cuestiones se entrelazan
y se retroalimentan en un proceso tan complicado que nuestra burda, pero cuerda,
simplificación escandalizaría a cualquier verdadera racionalidad extrahumana.
Nuestro pensamiento parece ser,
entre ellos, el más libre e inherente a nuestro ser, pero lo que somos no es
desde luego lo que pensamos pues, solipsismo aparte, nuestra relación con el
mundo exterior es una vía de doble sentido.
Lo que decimos debería mostrar lo
que pensamos pero la hipocresía, absolutamente necesaria y beneficiosa en su
justa medida, establece un claro diferencial entre ambos conceptos.
Por otro lado, los hechos, a veces
muy alejados de las palabras y/o de los pensamientos, no son tampoco
suficientes en sí mismos, pues su interpretación es tan confusa como el propio
mundo.
Y, por último, la que quizás
debería ser la menos relevante pero acaba siendo, en muchas ocasiones, la
verdadera dueña del tinglado: la apariencia.
Uno puede pensar que le es
indiferente la visión de los demás sobre su persona y que lo que uno es no
depende en realidad de lo que los demás creen que eres. Y parte de verdad hay
en ello, pero no toda.
Esa retroalimentación entre las
cuatro "personas" que habitan en nosotros acaba estableciendo un
equilibrio de poder que es lo que verdaderamente nos define, lo que somos.
Es realidad sí se parece a un
juego de mesa: es un Estratego, pero a cuatro bandas.
No sé si es lo mejor, pero es lo
que hay.
Buenos días desde Arcoíris.
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