lunes, 15 de febrero de 2016

Oxímoron



Esta mañana surgió, en una conversación de café, esta bonita palabra.

Dice la RAE que es la combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido.

Curiosamente, la conversación era sobre política y no sobre figuras literarias. Cosas del café.

Para una mente científica puede parecer algo carente de sentido, pretencioso y hasta estrafalario, por mucho que, si se indaga, uno puede comprobar que ni mucho menos su uso está excluido en la ciencia. Sin embargo, es en el lenguaje en general, y en la retórica en particular, donde adquiere su verdadera potencia.

Veamos, en sentido amplio, algunos de ellos (los hay a cientos, y es un campo en el que aún se puede llegar a ser original o a creer serlo):

-Instante eterno. Impresionante oxímoron que es una declaración en sí mismo.

-Copia original. ¿Nos hemos vuelto locos?.

-Sociedad unipersonal, crecimiento negativo, etc. ¡Socorro, los economistas!.

-Realidad virtual. ¿Pero es, o no es?

-Lavado en seco. Todo vale. Algún día alguien dirá "secado en agua" en algún anuncio publicitario.

-Amor libre. ¡Me troncho!. Eso, además de un oxímoron, es una mentira.

-Hábil torpeza. Éste, como muchos otros oxímoron, es una forma elegante de destacar un defecto.

-Fe racional. ¡Anda ya!.

-Ciencia Política. Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja...



Buenas tardes desde Arcoíris, donde los oxímoron no son tales.

sábado, 6 de febrero de 2016

El Tetraego



No, no es un juego de mesa.

Es la única palabra, inexistente desde luego, que se me antoja semánticamente correcta para definir lo que somos.

"Lo que se es" es una mezcla de lo que se piensa, lo que se dice, lo que se hace y también, lamentablemente, de lo que se parece. Y ello es así porque todas estas cuestiones se entrelazan y se retroalimentan en un proceso tan complicado que nuestra burda, pero cuerda, simplificación escandalizaría a cualquier verdadera racionalidad extrahumana.

Nuestro pensamiento parece ser, entre ellos, el más libre e inherente a nuestro ser, pero lo que somos no es desde luego lo que pensamos pues, solipsismo aparte, nuestra relación con el mundo exterior es una vía de doble sentido.

Lo que decimos debería mostrar lo que pensamos pero la hipocresía, absolutamente necesaria y beneficiosa en su justa medida, establece un claro diferencial entre ambos conceptos.

Por otro lado, los hechos, a veces muy alejados de las palabras y/o de los pensamientos, no son tampoco suficientes en sí mismos, pues su interpretación es tan confusa como el propio mundo.

Y, por último, la que quizás debería ser la menos relevante pero acaba siendo, en muchas ocasiones, la verdadera dueña del tinglado: la apariencia.

Uno puede pensar que le es indiferente la visión de los demás sobre su persona y que lo que uno es no depende en realidad de lo que los demás creen que eres. Y parte de verdad hay en ello, pero no toda.

Esa retroalimentación entre las cuatro "personas" que habitan en nosotros acaba estableciendo un equilibrio de poder que es lo que verdaderamente nos define, lo que somos.

Es realidad sí se parece a un juego de mesa: es un Estratego, pero a cuatro bandas.

No sé si es lo mejor, pero es lo que hay.


Buenos días desde Arcoíris.