viernes, 25 de noviembre de 2011

Orión


El cazador.

Tan obstinado y arrogante que despertó la ira de Zeus.

Se jactaba de ser capaz de cazar cualquier presa.

Tras una encarnizada lucha con Escorpión, Zeus se enfadó por el revuelo montado y los separó en el firmamento.

Por ese motivo, Orión y Escorpión nunca aparecen al mismo tiempo ante nuestros ojos.


Voy a referirme superficialmente a las tres estrellas más brillantes de la constelación de Orión (en realidad sólo iba a hablar de las dos más brillantes, pero al preparar la imagen me quedaba un hueco y...): Betelgeuse, Rigel y Bellatrix.

Bellatrix, la tercera en brillo (por eso es γ-Orionis), es una gigante azul muy calentita. Curiosamente, o no, el nombre procede del latín y significa guerrera.

Rigel, la más brillante (aunque sea β-Orionis, debiera ser α-Orionis), es una estrella "triple", siendo la estrella principal una supergigante azul. Su nombre procede del árabe y viene a significar pie izquierdo (aunque en la imagen que he montado se sitúa en la rodilla).

Y, por fin, Betelgeuse (α-Orionis), que es una supergigante roja. Y es en el rojo donde las supergigantes adquieren su verdadera dimensión. Aun siendo "solo" unas veinte veces más masiva que nuestro vulgar sol, su tamaño es descomunal. Si la cambiáramos por él, su superficie se encontraría cerca de Júpiter. Otra muestra más de nuestra insignificancia.


Buenas noches desde Arcoíris.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Diarios de gente perdida (IV)



Diario de un marciano:

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Moverme entre vosotros nunca me ha resultado fácil.
Me resultáis irritantes, incluso recalcitrantes.
Poco me habéis enseñado, siquiera algo mencionable.
El tiempo que no tengo he malgastado. Un tiempo que se acaba sin piedad.
Nunca os lo perdonaré, nunca me lo perdonaré.
Extraños e iguales. Tan humanos y tan inhumanos.
Os dejo con vuestras miserias, miserables.


Buenas noches desde Arcoíris.

domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Certeza o posibilidad?

Una buena amiga me ha dado a entender que debería escribir algo. Y eso, viniendo de ella, es como una orden para mí.

El otro día, cenando con ella y con otros amigos, tuvimos una conversación que, como suele ocurrir, derivó de lo concreto a lo general. La tomaré como base para esta entrada.

Espero que se me permita ser un poco melodramático:


-Creo que nuestro futuro como especie es nulo.

-Creo que ya es tarde para corregir nuestros errores. El punto de no retorno ha sido cruzado.

-Creo que aunque tuviéramos más tiempo probablemente no seríamos capaces de hacerlo.

-Creo que somos dañinos por naturaleza. Egoístas, arrogantes, egocéntricos, pero, sobre todo, hipócritas.

-Creo que, con honrosas y mínimas excepciones, esto es aplicable incluso a nivel individual.


Nos autoengañamos, creemos lo que nos conviene, miramos hacia otro lado.

Sin casi saberlo, como si todo tuviera lugar en un universo paralelo.

Quizás es una forma de supervivencia: calmamos nuestra conciencia acogiéndonos a una burda ignorancia inconsciente.

Siempre he pensado que una certeza es sólo una posibilidad que ha perdurado lo suficiente. Espero, contra mi pensamiento, que lo que para mí es ya una certeza sea simplemente una posibilidad que acabe muriendo antes que nosotros.

Lo malo es que esperar algo en lo que no crees es aún más difícil que tener fe.

¡Y Dios sabe que no la tengo!. (Perdón por el chiste)


Buenas noches desde Arcoíris.