No hay fin de año en Arcoíris.
Las razones son obvias, el tiempo
carece de verdadero sentido cuando se doblega a los caprichos oníricos.
Sin embargo, dónde todo es
posible ni siquiera una afirmación como ésta es inmutable.
Quizás como burla a la inherente
fragilidad del mundo real, o tal vez como simple reafirmación de omnipotencia,
hay quien decide celebrarlo.
No en un momento concreto, ni con
una duración determinada, lo que sería ridículo en sí mismo, sino como un
simple acto de trasgresión de la propia independencia espacial y temporal.
Puedes comer sin saciar nunca tu
apetito, beber alcohol sin emborracharte o estar continuamente embriagado sin
beber en absoluto. También puedes hacer otras cosas sin parar a descansar...
Puedes tener la compañía que quieras,
o ninguna.
Sentir frio o calor, escuchar el
silencio, volar entre las estrellas o sumergirte en un mar de lava.
Todo cosas propias de un fin de
año que se precie, en realidad nada que no puedas hacer cualquier otro día.
¡Feliz año viejo, feliz año nuevo!.
Buenas noches desde Arcoíris.