lunes, 1 de noviembre de 2010

Persistencia


Soñé que volaba.

El sueño era tan real que me dolían los brazos de agitarlos frenéticamente.
Veía las cosas desde arriba; y esa nueva perspectiva modificó mi idea de lo que era el mundo.

Soñé que era rápido.

El sueño era tan real que me dolían las piernas de moverlas aceleradamente.
Veía las cosas moverse lentas a mi alrededor; y esa nueva perspectiva modificó mi idea de lo que era el mundo.

Soñé que lo sabía todo.

El sueño era tan real que me dolía la cabeza de estrujarla sin piedad.
Veía el sentido de las cosas; y esa nueva perspectiva modificó mi idea de lo que era el mundo.

Soñé que soñaba.

El sueño era tan real que no me dolía nada.
Veía las cosas sin verlas; y esa nueva perspectiva modificó mi idea de lo que era el mundo.

Y entonces, desperté.

El mundo siguió siendo el que era, pero yo ya no lo veía igual.
No es que al soñar cambie la realidad, sólo cambia mi percepción del mundo.

Seguiré soñando hasta que sea capaz de verlo como a mí me gustaría que fuera...

Buenas noches desde Arcoíris.